¡TODOS NOS EQUIVOCAMOS… QUE PAREN LA MÚSICA, QUE ESTAMOS DESARMADOS!
SERGIO PABLO TAPIA HELFER
EL JUEZ
El primer garrote es para el Juez Erick González; errores garrafales para un aficionado de solera. Cuando un matador pierde su arma, léase su muleta, inmediatamente la banda tiene que parar de sonar, y parece que ni el director de la banda de música ni el juez se dieron cuenta de ello. Saber esto es tan importante como autorizar a la banda a sonar para acompañar la faena del matador; al parecer, esto el palco no lo tiene claro.
Existen diferentes tipos de faenas, como las artísticas, las de aliño, y también las batallas en el ruedo entre toro y torero. La música está reservada para las faenas donde un toro acompaña al torero en su gesta artística, pero lo que sucedió con el primer toro de Juan Carlos Cubas fue una batalla: dos gladiadores que no querían ceder un centímetro, disputándose los terrenos de Acho. Y fue una lástima que el juez no tenga la sensibilidad necesaria para reconocer esto. Era un toro áspero, tal vez el más difícil del encierro; se revolvía muy rápido, con sentido y peligro evidente. El peruano Cubas me gustó, pues dio cara en la pelea y, aunque no hubo un ganador claro por deficiencias en ambos actores, creo que fue muy meritoria su presentación. Por ello, señor González, para sacar el pañuelo de la música hay que esperar al menos dos tandas para saber qué faena se presentará.
También es un error, señor Juez González, otorgar dos orejas a una faena donde el toro se estrelló varias veces en la muleta, nunca templó su embestida y abusó del “barrigazo”. Una sola tanda buena que tuvo el matador Galván no ameritaba dos orejas. El matador estuvo más preocupado por levantar la cabeza para hacer reaccionar al público que en realizar una tarea digna. Una faena despegada, sin emoción, sin arte, sin rematar cada muletazo, terminando descolocado.
Al final del quinto toro de la tarde de nombre “viñero”, y luego de esta pseudofaena de David Galvan, parte del respetable pero huerfano público pidio la segunda oreja con insistencia, con más gritos que pañuelos. Era una decisión que dividía la plaza en dos, pues no hubo mayoria, aunque si griterio. Todos coludidos en el ruedo mulilleros, callejon y subalternos que hacian tiempo a como de lugar, esperaban que la presión aumente y finalmente lo que no debio pasar y lamentamos, el segundo pañuelo que asomaba en el balcon de la autoridad, decretando la segunda oreja.
EL GANADERO
También se equivocó: toros desiguales y pobres en presentación, al parecer pasados de carnes para poder pasar el reconocimiento veterinario. No fueron pitados de salida, justamente porque cumplían con las condiciones mínimas de lo que se denomina trapío, y hemos visto realmente peores encierros. En el juego, faltos de calidad para embestir, pegaban arreones más con genio que con calidad. Todos tuvieron en su comportamiento dificultades para la lidia, gazapones y especialmente un común denominador: faltos de fuerzas.
EL PÚBLICO
Es un error valorar una faena de dos orejas si el Rey de la Fiesta no se hizo presente. Sin toro, nada tiene importancia, y el jabonero sucio que le tocó a Galván en el quinto, podemos decir que casi no fue al caballo y, con escasas fuerzas, el matador tuvo que cuidar al toro para que le durara unos minutos más. Por ratos, de uno a uno, tuvieron que sacarle los muletazos para ayudar al astado. Y gritar “oles” con barrigazos, muletazos despegados, pases de pecho incompletos y sin emoción ni arte es, creo yo, un error grande. Es cuestión de cada uno cómo valora esta fiesta casi huérfana.
despegado
DAVID GALVÁN
El primer toro, el de su confirmación de alternativa, nunca lo entendió; no le encontró la distancia, los terrenos, ni la forma de mostrar que poco servía para la lidia. Para suerte del torero, el propio animal dejó clara su calidad. En el segundo de su lote, además de ganas, pocas veces vi una faena tan deslucida, que genera tan poca ilusión que casi colinda con la indiferencia y el desinterés. No escuché a nadie comentar, luego de la corrida, si les gustó la faena.
JESÚS ENRIQUE COLOMBO
No entiendo por qué el público aplaude las banderillas a toro pasado. Ciertamente, las que puso al violín no fueron tan malas, pero hubo otras del venezolano bastante lejos de la cara del toro. ¿Qué aplauden? ¿Cómo corre, cómo se adorna, o cómo le pasan las banderillas desde el callejón? Porque la colocación de los palos en todo lo alto es tan importante como la forma en que llega a la cara del toro.
Jesus Enrique Colombo, toreo con entusiasmo su primer toro, levanto al público con un par de tandas y la oreja a pesar de su mala estocada parecia mucho premio para lo visto. Sin embargo he de reconocer que vende muy bien su tauromaquia, aunque no es de mi agrado. A su segundo bicho no tuvo mas remedio que despacharlo rapidamente pues no habia nada que mostrar.
JUAN CARLOS CUBAS
Hoy te equivocaste, matador; es una apreciación taurina muy personal. Al peruano le gusta dejar los toros crudos, pues los de San Pedro no les sobran las fuerzas. Lo he visto en provincias hacer lo mismo muchas veces y generalmente le resulta, por el tipo de faena que se plantea con más adornos que fondo.
Pero tiene un peligro no realizar la lidia completa. A los toros hay que picarlos; la raza saldrá si hay fondo de casta. Pero cruditos, como dicen, posiblemente habrá repetición y un poco más de tiempo con la muleta, pero no veremos cómo se emplea el toro en la muleta y Acho así lo exige. Los muletazos de adorno van después de naturales y mostrar por derecha y por izquierda la calidad del animal. La verdadera emoción está en un muletazo con un toro que empuje con la raza y un matador que temple la embestida.
LA EMPRESA
Las ganas no bastan: mucho desorden en el ingreso, largas colas que no fueron consecuencia de una tarde de “no hay billetes”, sino de una mala gestión en las puertas. Poco personal para atender las puertas de ingreso, poco familiarizado y sin capacitación de cómo atender a los aficionados en una plaza de toros; no estamos en el estadio.
Para resaltar positivamente, el montaje en general de la plaza con buen gusto y respetando las tradiciones de Acho. Bonito el espectáculo de caballos de paso. A mejorar la seguridad en el exterior, y afinar la banda de música.
Largas colas en la entrada de sol, colas para hombres y mujeres. Para ingresar la menos entre 15 o 20 minutos, un desastre.
AYAYEROS
Es un grave error pedirle a los aficionados no expresar la protesta libremente, ya sea por un pedido de algun matador, algun apoderado desubicado o simplemente por un exeso de figuretismo.
YO
Todos nos equivocamos esta tarde, yo debí ir al Monumental, a ver a Universitario que lucha por el título nacional de futbol.
Que paren la música, señor Juez Erick González, que estamos desarmados, sin muleta; que paren de tocar la música, y si seguimos así, que el último apague la luz.
Felicitaciones Sergio por tu excelente artículo, que refleja de manera objetiva lo que sucedió en el festival con traje de luces del pasado domingo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y seguimos en ruta, denunciando el fraude y la falta de integridad de nuestra fiesta.
Un abrazo.
Pocho Paccini